Inocente y culpable danzan
pegados al mismo son.
Víctima y verdugo avanzan
en íntima relación.
División creada y vivida a la vez.
Ahora careta de víctima, ahora careta de juez
Jurado popular que no pestañea,
sentencia y apoyo se desean.
Víctima que necesita culpable,
mar tempestuoso se abre.
¿Quién tiene que cambiar?
De mis entrañas sale: ¡el culpable!
Lobo hambriento, cuerpo herido,
dedo que señala siempre el castigo.
Canallas en el punto de mira
y fantasmas en cabeza que delira.
Libre de culpa, me digo.
Culpable te hago e infierno que abro.
Poder cedido al otro:
capacidad de cambio perdido.
Víctima que necesita culpable,
mar tempestuoso se abre.
¿Quién tiene que cambiar?
De mis entrañas sale: ¡el culpable!
Bucle infinito
repito y repito,
sin cambiar nada
camino de espinas
repito y repito
en bucle infinito.
Nuevo día amanece y la pregunta reaparece:
¿Quién tiene que cambiar?
De mis entrañas sale:
de mi desarrollo solo soy yo responsable.
Veneno escupido, serpiente se aleja.
Cuerda que suelto, cometa que vuela.
Responsabilidad aparece y cuerpo se eleva.
Te suelto de mis manos,
te libero de mi pena,
te desato de mi angustia,
te dejo escapar.
Amo y señor de mi mismo.
Lanzo al viento las espinas:
futuras heridas esparcidas
y a lo hecho pecho.
Dedo que ya no señala,
fusil descargado.
El cielo no estaba extraviado sino velado.
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